LinguaBoosteraprendiendo idiomas extranjeros

«El Fantasma de Canterville» en italiano , con la traducción paralela

El libro El Fantasma de Canterville en italiano

Il Fantasma Di Canterville

3.9398 votos
✒ Autor
📖 Paginas43
⏰ Tiempo de leer 2 horas
💡 Fecha de publicación1887
🌏 Idioma original Inglés
📌 Tipos Cuento , Novela , Cuento de hadas
📌 Géneros Aventura, Prosa, Psicológica, Sátira, ironía, Fantástica, Filosófica, Humor, parábola
📌 Secciones Novela de aventuras , Novela psicológica , Novela filosófica , Novela de humor

Il Fantasma Di Canterville: leer el libro , con la traducción paralela en español

I

I

Quando il signor Hiram B. Otis, ministro degli Stati Uniti, acquistò Canterville Chase, tutti gli dissero che commetteva una grande sciocchezza, poiché non vi era dubbio di sorta che l'intera località non fosse letteralmente infestata dagli spiriti.
Cuando el señor Hiram B. Otis, el ministro de Estados Unidos, compró Canterville -Chase, todo el mundo le dijo que cometía una gran necedad, porque la finca estaba embrujada.
Lo stesso lord Canterville, persona scrupolosissima in materia di onore, si era sentito in dovere di fargli presente la realtà dei fatti, allorché si venne a discutere le condizioni di vendita.
Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosa honradez, se creyó en el deber de participárselo al señor Otis cuando llegaron a discutir las condiciones.
«Neppure noi abbiamo avuto più il coraggio di abitarvi,» spiegò lord Canterville «da quando la mia prozia, la vecchia duchessa di Bolton, si spaventò in modo tale che le prese un attacco di nervi dal quale non si riebbe mai completamente, per colpa di due mani scheletriche che le si posarono sulle spalle mentre si stava vestendo per scendere a pranzo; e mi sento tenuto a precisarle, mister Otis, che il fantasma è stato veduto da diversi membri della mia famiglia tuttora viventi, come pure dal Rettore della parrocchia, il reverendo Augustus Dampier, che è membro del King's College di Cambridge.
-Nosotros mismos -dijo lord Canterville - nos hemos resistido en absoluto a vivir en ese sitio desde la época en que mi tía abuela, la duquesa de Bolton, tuvo un desmayo, del que nunca se repuso por completo, motivado por el espanto que experimentó al sentir que dos manos de esqueleto se posaban sobre sus hombros, mientras se vestía para cenar. Me creo en el deber de decirle, señor Otis, que el fantasma ha sido visto por varios miembros de mi familia, que viven actualmente, así como por el rector de la parroquia, el reverendo Augusto Dampier, agregado de la Universidad de Oxford.
Dopo il disgraziato incidente toccato alla duchessa, nessuna delle domestiche giovani volle più restare al nostro servizio, e persino lady Canterville stentava a prender sonno, la notte, a causa dei misteriosi rumori che provenivano dal corridoio e dalla biblioteca.»
Después del trágico accidente ocurrido a la duquesa, ninguna de las doncellas quiso quedarse en casa, y lady Canterville no pudo ya conciliar el sueño, a causa de los ruidos misteriosos que llegaban del corredor y de la biblioteca.
«Mio egregio lord,» fu la risposta del ministro «sono disposto a comprare in un solo blocco suppellettili e fantasma.
-Señor -respondió el ministro -, adquiriré el inmueble y el fantasma, bajo inventario.
Io sono nato in un paese moderno dove col danaro si può acquistare tutto, e con i nostri intraprendenti giovanotti che dipingono il vostro vecchio mondo di rosso, e vi soffiano via le vostre migliori attrici e le vostre primedonne, sono certo che se in Europa esistesse davvero uno spettro, ce lo saremmo portato a casa nostra già da un pezzo e lo avremmo collocato in bella mostra in qualche museo o su qualche baraccone da fiera.»
Llego de un país moderno, en el que podemos tener todo cuanto el dinero es capaz de proporcionar, y esos mozos nuestros, jóvenes y avispados, que recorren de parte a parte el viejo continente, que se llevan los mejores actores de ustedes, y sus mejores prima donnas, estoy seguro de que si queda todavía un verdadero fantasma en Europa vendrán a buscarlo enseguida para colocarlo en uno de nuestros museos públicos o para pasearlo por los caminos como un fenómeno.
«Io ho il convincimento che il fantasma esista realmente,» replicò lord Canterville sorridendo «per quanto può darsi che abbia resistito alle offerte dei vostri dinamici impresari.
-El fantasma existe, me lo temo -dijo lord Canterville, sonriendo -, aunque quizá se resiste a las ofertas de los intrépidos empresarios de ustedes.
È noto da tre secoli, anzi dal 1584, per essere esatti, e non manca mai di fare la sua comparsa prima della morte di un membro della nostra famiglia.»
Hace más de tres siglos que se le conoce. Data, con precisión, de mil quinientos setenta y cuatro, y no deja de mostrarse nunca cuando está a punto de ocurrir alguna defunción en la familia.
«Be', in quanto a questo non è da meno del medico di casa, lord Canterville.
-¡Bah! Los médicos de cabecera hacen lo mismo, lord Canterville.
Ma io le dico che roba simile, come spettri e fantasmi, non esiste, e non credo che le leggi della natura subiscano speciali alterazioni peri riguardo all'aristocrazia britannica.»
Amigo mío, un fantasma no puede existir, y no creo que las leyes de la Naturaleza admitan excepciones en favor de la aristocracia inglesa.
«Certo in America siete tutti estremamente pratici» rispose lord Canterville che non aveva pienamente afferrato il senso dell'ultima frase detta dal signor Otis, «e se non le importa di avere uno spettro in casa, per me fa lo stesso.
-Realmente son ustedes muy naturales en Estados Unidos -dijo lord Canterville, que no acababa de comprender la última observación del señor Otis -. Ahora bien: si le gusta a usted tener un fantasma en casa, mejor que mejor.
Però la prego di tener presente che io l'ho avvertita.»
Acuérdese únicamente de que yo lo previne.
Poche settimane dopo questo colloquio la compravendita del castello fu perfezionata, e al termine della stagione il ministro e la sua famiglia andarono a stabilirsi a Canterville Chase.
Algunas semanas después se cerró el trato, y a fines de estación el ministro y su familia emprendieron el viaje a Canterville.
La signora Otis, quando era la signorina Lucrezia R. Tappan, della 53esima Strada Ovest, era stata una famosa bellezza nuovayorkese, ed era ora un'avvenente donna di mezza età, con due occhi magnifici e un profilo superbo.
La señora Otis, que con el nombre de señorita Lucrecia R. Tappan, de la calle Oeste, 52, había sido una ilustre “beldad” de Nueva York, era todavía una mujer guapísima, de edad regular, con unos ojos hermosos y un perfil soberbio.
Molte signore americane, non appena abbandonano il loro paese natale, adottano un'apparenza di semi-infermità cronica, forse ritenendo che ciò sia una forma di raffinatezza europea; ma la signora Otis non era mai caduta in questo errore.
Muchas damas norteamericanas, cuando abandonan su país natal, adoptan aires de persona atacada de una enfermedad crónica, y se figuran que eso es uno de los sellos de distinción de Europa; pero la señora Otis no cayó nunca en ese error.
Godeva di una salute di ferro e possedeva una vera miniera di meravigliosi istinti animali.
Tenía una naturaleza magnífica y una abundancia extraordinaria de vitalidad.
A dire il vero, sotto molti punti di vista poteva essere scambiata per una inglese autentica, costituiva un fulgido esempio del fatto che noi in realtà abbiamo tutto in comune con gli americani, fuorché naturalmente il linguaggio.
A decir verdad, era completamente inglesa bajo muchos aspectos, y hubiese podido citársele en buena lid para sostener la tesis de que lo tenemos todo en común con Estados Unidos hoy en día, excepto la lengua, como es de suponer.
Il suo figlio maggiore, battezzato Washington dai genitori in un momento di patriottismo di cui egli non cessò mai di rammaricarsi, era un ragazzo biondo, mica male fisicamente, che si era fatto strada nella diplomazia americana ballando i valzer tedeschi per tre stagioni consecutive al Casinò di Newport, e anche a Londra era ben noto come ottimo ballerino.
Su hijo mayor, bautizado con el nombre de Washington por sus padres, en un momento de patriotismo que él no cesaba de lamentar, era un muchacho rubio, de bastante buena figura, que se había erigido en candidato a la diplomacia, dirigiendo un cotillón en el casino de Newport durante tres temporadas seguidas, y aun en Londres pasaba por ser bailarín excepcional.
Le sole sue debolezze erano le gardenie e i titoli nobiliari. Per il resto, era un ragazzo di grande buonsenso.
Sus únicas debilidades eran las gardenias y la patria; aparte de esto, era perfectamente sensato.
Página 1 de 43

Puedes usar los botones de la izquierda o derecha del teclado para navegar entre las páginas del libro

Sugerir una cotización

Descargalo gratis en PDF, FB2, EPUb, DOC y TXT

Descarga gratis el libro electrónico «El Fantasma de Canterville» del autor Oscar Wilde en italiano, con la traducción paralela, también puedes imprimir el texto del libro, para este en formatos PDF y DOC son recomendadas.

Puedes estar interesada en

Se el primero en comentar

Agregar

Agregue un comentario