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«El perro y el gorrión» en italiano , con la traducción paralela

Il cane e il passero

51 voto
✒ Autor
📖 Paginas3
⏰ Tiempo de leer 10 minutos
💡 Fecha de publicación1812
🌏 Idioma original Alemán
📌 Tipo Cuento de hadas
📌 Géneros Literatura infantil, Aventura, parábola

Il cane e il passero: leer el libro , con la traducción paralela en español

Un mastino aveva un cattivo padrone che gli faceva patire la fame. Quando non ne pot‚ più, se ne andò via tutto triste. Per strada incontrò un passero che gli disse: "Fratello cane, perché‚ sei così triste?" - "Ho tanta fame," rispose, "e non ho niente da mangiare." Allora il passero disse: "Caro fratello, vieni con me in città: ti sfamerò." Così andarono insieme in città e quando giunsero davanti a una macelleria, il passero disse al cane: "Fermati qui, ti butterò giù un pezzo di carne." Si posò sul banco, si guardò intorno caso mai qualcuno lo stesse osservando, e a forza di beccate e di strattoni riuscì a far cadere un pezzo che si trovava sull'orlo. Il cane lo acchiappò, corse in un angolo e lo divorò. "Adesso vieni con me in un altro negozio," disse il passero. "Voglio riuscire a strappare un altro pezzo, così potrai saziarti." Quando il cane ebbe divorato anche il secondo pezzo, il passero domandò: "Fratello cane, sei sazio ora?" - "Carne, ne ho mangiata a sufficienza," rispose l'altro, "ma non ho ancora avuto del pane." E il passero: "Avrai anche quello, vieni con me." Lo condusse fino a una panetteria e con il becco fece rotolare giù un paio di panini; poi, dato che il compagno ne voleva ancora, lo condusse da un altro panettiere e fece cadere altro pane. Quando il cane l'ebbe mangiato, il passero chiese "Fratello cane, sei sazio adesso?" - "Sì," rispose quello, "andiamo un po' a passeggio fuori le mura."
A un perro de pastor le había tocado en suerte un mal amo, que le hacía pasar hambre. No queriendo aguantarlo por más tiempo, el animal se marchó, triste y pesaroso. Encontróse en la calle con un gorrión, el cual le preguntó: "Hermano perro, ¿por qué estás tan triste?" Y respondióle el perro: "Tengo hambre y nada que comer." Aconsejóle el pájaro: "Hermano, vente conmigo a la ciudad, yo haré que te hartes." Encamináronse juntos a la ciudad, y, al llegar frente a una carnicería, dijo el gorrión al perro: "No te muevas de aquí; a picotazos te haré caer un pedazo de carne," y, situándose sobre el mostrador y vigilando que nadie lo viera, se puso a picotear y a tirar de un trozo que se hallaba al borde, hasta que lo hizo caer al suelo. Cogiólo el perro, llevóselo a una esquina y se lo zampó. Entonces le dijo el gorrión: "Vamos ahora a otra tienda; te haré caer otro pedazo para que te hartes." Una vez el perro se hubo comido el segundo trozo, preguntóle el pájaro: "Hermano perro, ¿estás ya harto?" - "De carne, sí," respondió el perro, "pero me falta un poco de pan." Dijo el gorrión: "Ven conmigo, lo tendrás también," y, llevándolo a una panadería, a picotazos hizo caer unos panecillos; y como el perro quisiera todavía más, condújolo a otra panadería y le proporcionó otra ración. Cuando el perro se la hubo comido, preguntóle el gorrión: "Hermano perro, ¿estás ahora harto?" - "Sí," respondió su compañero. "Vamos ahora a dar una vuelta por las afueras."
Così se ne andarono insieme sulla strada maestra. Faceva caldo e dopo un po' il cane disse: "Sono stanco e dormirei volentieri." - "Dormi pure," rispose il passero, "io nel frattempo mi poserò su un ramo." Il cane si sdraiò sulla strada e si addormentò profondamente. Mentre dormiva arrivò un carrettiere su di un carro con tre cavalli carico di due botti di vino. Ma il passero vide che non aveva intenzione di deviare dalla carreggiata in cui si trovava il cane e gli gridò: "Carrettiere non farlo, altrimenti ti ridurrò in miseria!" Ma il carrettiere brontolò fra s': "Non sarai certo tu a ridurmi in miseria." Fece schioccare la frusta e spinse il carro addosso al cane, che fu schiacciato dalle ruote. Allora il passero gridò: "Hai ucciso il mio fratello cane, ti costerà carro e cavalli." - "Sì, carro e cavalli!" disse il carrettiere. "Per il danno che puoi farmi tu!" e proseguì. Allora il passero si insinuò sotto la coperta del carro e si mise a beccare il tappo che chiudeva una delle due botti finché‚ riuscì a staccarlo e tutto il vino si versò senza che il carrettiere se ne accorgesse. Quando finalmente si voltò, vide che il carro gocciolava; esaminò le botti e trovò che una era vuota. "Ah, povero me!" esclamò. "Sì, ma non ancora abbastanza!" disse il passero; volò sulla testa di un cavallo e gli cavò gli occhi. A quella vista, il carrettiere tirò fuori la roncola per colpire l'uccello, ma questo si alzò in volo e il carrettiere colpì sulla testa il cavallo che stramazzò a terra morto. "Ah, povero me!" esclamò. "Sì, ma non abbastanza!" disse il passero; e quando il carrettiere proseguì con i due cavalli, si insinuò di nuovo sotto la coperta del carro e si mise a beccare il tappo della seconda botte, sicché‚ tutto il vino si rovesciò per via. Quando il carrettiere se ne accorse, gridò di nuovo: "Ah, povero me!" Ma il passero rispose: "Sì, ma non abbastanza!" Si posò sulla testa del secondo cavallo e gli cavò gli occhi. Il carrettiere arrivò di corsa levando la roncola, ma il passero si alzò in volo e il colpo prese il cavallo che stramazzò. "Ah, povero me!" - "Sì, ma non abbastanza!" disse il passero, si posò sulla testa del terzo cavallo e gli cavò gli occhi. Il carrettiere, furioso, si scagliò sul passero, alla cieca, ma non riuscì a colpirlo e abbatté‚ invece anche il suo terzo cavallo. "Ah, povero me!" gridò. "Sì, ma non abbastanza!" rispose il passero. "Ora ti porterò la miseria in casa!" e volò via.
Salieron los dos a la carretera; pero como el tiempo era caluroso, al cabo de poco trecho dijo el perro: "Estoy cansado, y de buena gana echaría una siestecita." - "Duerme, pues," asintió el gorrión, "mientras tanto, yo me posaré en una rama." Y el perro se tendió en la carretera y pronto se quedó dormido. En éstas, acercóse un carro tirado por tres caballos y cargado con tres cubas de vino. Viendo el pájaro que el carretero no llevaba intención de apartarse para no atropellar al perro, gritóle: "¡Carretero, no lo hagas o te arruino!" Pero el hombre, refunfuñó entre dientes: "No serás tú quien me arruine," restalló el látigo, y las ruedas del vehículo pasaron por encima del perro, matándolo. Gritó entonces el gorrión: "Has matado a mi hermano el perro, pero te costará el carro y los caballos." - "¡Bah!, ¡el carro y los caballos!" se mofó el conductor. "¡Me río del daño que tú puedes causarme!" y prosiguió su camino. El gorrión se deslizó debajo de la lona y se puso a picotear una espita hasta que hizo soltar el tapón, por lo que empezó a salirse el vino sin que el carretero lo notase, y se vació todo el barril. Al cabo de buen rato, volvióse el hombre, y, al ver que goteaba vino, bajó a examinar los barriles, encontrando que uno de ellos estaba vacío. "¡Pobre de mí!" exclamó. "Aún no lo eres bastante," dijo el gorrión, y, volando a la cabeza de uno de los caballos, de un picotazo le sacó un ojo. Al darse cuenta el carretero, empuñó un azadón y lo descargó contra el pájaro con ánimo de matarlo; pero el avecilla escapó, y el caballo recibió en la cabeza un golpe tan fuerte, que cayó muerto. "¡Ay, pobre de mí!" repitió el hombre. "¡Aún no lo eres bastante!" gritóle el gorrión; y cuando el carretero reemprendió su ruta con los dos caballos restantes, volvió el pájaro a meterse por debajo de la lona y no paró hasta haber sacado el segundo tapón, vaciándose, a su vez, el segundo barril. Diose cuenta el carretero demasiado tarde, y volvió a exclamar: "¡Ay, pobre de mí!" A lo que replicó su enemigo: "¡Aún no lo eres bastante!" y, posándose en la cabeza del segundo caballo, saltóle igualmente los ojos. Otra vez acudió el hombre con su azadón, y otra vez hirió de muerte al caballo, mientras el pájaro escapaba volando. "¡Ay, pobre de mí!" - "Aún no lo eres bastante," repitió el gorrión, al tiempo que sacaba los ojos al tercer caballo. Enfurecido, el carretero asestó un nuevo azadonazo contra el pájaro y, errando otra vez la puntería, mató al tercer animal. "¡Ay, pobre de mí!" exclamó. "¡Aún no lo eres bastante!" repitió una vez más el gorrión. "Ahora voy a arruinar tu casa," y se alejó volando.
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