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«Fathers and Sons» in Spanish

Book Fathers and Sons in Spanish

Padres e hijos

4.754 votes
✒ Author
📖 Pages314
⏰ Reading time 10 hours 45 minutes
💡 Originally published1862
🌏 Original language Russian
📌 Type Novels
📌 Genres Drama, Love, Psychological, Realism, Social, Philosophical
📌 Sections Love story , Psychological novel , Realistic novel , Social novel , Philosophical novel

Table of contents

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Padres e hijos: read the book

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-¿Y qué, Piotr? ¿No ves nada todavía? -preguntaba, el 20 de mayodel año 1859, saliendo sin sombrero a la escalinata de la Casa de Postas, enla calzada, un caballero cincuentón, que vestía un paletó corto y polvoriento ypantalones a cuadros, a su criado, un mocetón mofletudo, con rubio vello enla sotabarba y unos ojillos pequeñines y turbios.
El criado, que en todos sus detalles -el mechoncito de pelo sobre laoreja, los cabellos de vario color y dados de pomada y los finos modales; entodo, en una palabra- delataba a un joven de la novísima generaciónperfeccionada, miró, condescendiente, a lo largo del camino, y respondió:
:-No se ve a nadie.
-¿Que no se ve? -repitió el caballero.
-No se ve -por segunda vez respondióle el criado.
Suspiró el señor y se sentó en un taburete. Se lo presentaremos allector, en tanto permanece sentado, moviendo los pies y mirando pensativoen torno suyo.
Llamábase Nikolai Petrovich Kirnasov. Poseía, a quince verstas dela Casa de Postas, una buena propiedad, con doscientas almas, o, según éldecía, desde que hizo el reparto con los campesinos y fundó su granja, condos mil desiatinas de tierra. Su padre, general el año 1812, un ruso pocoinstruido, rudo, pero no malo, aguantó toda su vida la cincha; mandó, primero,una brigada; luego, una división, y vivió siempre en provincias, donde, envirtud de su empleo, desempeñaba un papel bastante principal. Nikolai Petrovich era nacido en la Rusia meridional, lo mismo que su hermano mayor Pavel, del cual hablaremos después, y hasta los diecisiete años crióse en lacasa paterna, rodeado de ayas baratas, desenfadadas, pero serviles con losayudantes y demás personalidades distinguidas, militares y civiles. Su madre,de apellido Koliasin, Agathe de soltera, y de casada, AgazokleyaKusminischna Kirnasova, pertenecía al número de las "madrecitas-comandantas", gastaba unas tocas pomposas y crujientes trajes de seda; enla iglesia era la primera en acercarse a la cruz; hablaba alto y mucho; por lasmañanas daba a besar a sus hijos la mano; y por la noche los bendecía: enuna palabra, vivía enteramente a su gusto.
A fuer de hijo de general, Nikolai Petrovich, aunque no sólo no sedistinguía por su bravura, sino que hasta merecía el remoquete de cobardón,estaba obligado, igual que su hermano Pavel, a ingresar en el servicio militar,pero se estropeó adrede un pie el mismo día que se recibió la noticia de sunombramiento, y después de pasarse dos meses en cama, quedó cojo paratoda su vida. Su padre no insistió con él y lo relegó al servicio civil. Llevólo aPetersburgo cuando sólo contaba dieciocho años y lo hizo ingresar en laUniversidad. En el entretanto, su hermano era ya oficial en el regimiento de la Guardia. Ambos jóvenes vivían juntos en un mismo cuarto, bajo la lejanavigilancia de un tío suyo por parte de madre, Ilya Koliasin, un funcionarioimportante. El padre quedóse en su división con su esposa, y apenas si, decuando en cuando, enviaba a sus hijos grandes fajos de papeles grises, garrapateados con una letra ancha de amanuense. Al pie de esos papeles, gallardeaban, cuidadosamente rodeadas de trazos, estas palabras: "Piotr Kirnasov, general-mayor". En 1835, Nikolai Petrovich salió de la Universidadcomo candidato, y aquel mismo año, el general Kirnasov, obligado a pedir elretiro, después de una desdichada inspección, fuese a vivir a Petersburgo consu esposa. Alquiló una casa junto al jardín Tavricheskii, y se inscribió en el Club Inglés; pero inopinadamente murió de apoplejía. Agazoldeya Kusminischna siguióle poco después: no podía acostumbrarse a la opaca vidaen la capital; consumíala la pena de aquella su retraída existencia. A todoesto, Nikolai Petrovich hubo de enamorarse, todavía en vida de sus padres ycon no poca contrariedad por parte de ellos, de la hija del funcionario Prepolovenskii -el antiguo patrón de su cuarto-, una linda muchacha, y lo quese dice culta: leía los artículos serios de los periódicos en la sección Ciencias.Casóse con ella, no bien se cumplió el plazo del luto, y dejando el Ministeriode Rentas, donde, por influencias de su padre, estaba empleado, vivió felizcon su Mascha , primero en un hotelito cerca del Instituto Forestal, luego en laciudad, en un cuartito pequeño, pero muy mono, con una pulcra escalera y un frío comedor, y por último..., en la aldea, donde se asentó definitivamente ydonde al poco tiempo le nació su hijo Arkadii. Ambos esposos llevában unavida muy gustosa y plácida; no se separaban casi nunca, leían juntos,tocaban el piano a cuatro manos, cantaban dúos; ella cuidaba flores y atendíaal cuarto de los pájaros; él, de cuando en cuando, salía de caza, y entendíaen los asuntos de la propiedad, y Arkadii iba creciendo y creciendo ... tambiénfeliz y plácidamente. Diez años se les pasaron como un sueño. El 47, la mujerde Kirnasov se extinguió. Milagro fue que resistiera él ese golpe; encanecióen unas semanas; marchó al extranjero, para distraerse allí un poco..., y allíseguía el año 48. De mala gana volvióse luego a la aldea y, tras largo períodode inacción, ocupóse en reformar su hacienda; el año 55, hizo ingresar a suhijo en la Universidad; pasó con él tres inviernos en Petersburgo, sin ir casi aninguna parte y procurando hacer amistad con los jóvenes compañeros deArkadii. Pero el último invierno no lo pudo aguantar, y ahora lo vemos,enmayo de 1859, ya con todo el pelo blanco, gordo y cargado de espaldas;esperaba a su hijo, que acababa de salir, como él antaño, candidato.
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